Semanalmente, a lo largo de nuestra ciudad y alrededores nos juntamos en grupos caseros. En las casas, plazas y distintos lugares la iglesia se encuentra con varios motivos:
- Para pasar un tiempo donde Jesús sea el centro
- Para ser una comunidad de amor
- Para estar en un ambiente de crecimiento espiritual
- Para poder desarrollar el servicio unos a otros
- Para desarrollar la visión y que haya un ambiente favorable para traer a otros a Jesús
Adoración: Jesús en el centro – Un lugar donde encontrarse con Jesucristo
Jesús dijo que cuando hay dos o tres personas reunidas en su nombre Él esta en medio de ellos (Mateo 18:18). Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, volvernos cada vez más y más como Jesús (Romanos 8:29). Cuando los grupos se reúnen, nuestra meta es encontrar a Jesucristo y así experimentar el poder transformador de la vida (Filipenses 3:10 a). Hacemos esto cuando oramos, adoramos, aprendemos de la Palabra y compartimos juntos transparentemente.
Comunión: Una comunidad de amor – Un lugar donde pertenecer
Un grupo es más que una reunión. Un grupo necesita desarrollar comunidad, la cual esta construida sobre fuertes, y sinceras relaciones. Un lugar donde podamos abrirnos y ser transparentes, sin temor al rechazo. La responsabilidad no es sólo para los líderes, más bien cada uno dentro del grupo necesita reconocer que tiene un rol en velar por los demás discípulos del grupo. Más que cualquier otra cosa la sociedad está buscando una verdadera comunidad. Dentro del grupo el amor es la prioridad. (Juan 13:34-35; 17:20-21)
Discipulado: Cada uno creciendo hacia la madurez – Un lugar para crecer
El apóstol Pablo dijo que su meta era presentar a todo hombre maduro en Cristo (Colosenses 1:28). Deseamos crear un ambiente dentro de nuestros grupos que facilite el crecimiento en la vida individual. El rol del líder del grupo familiar es ayudar a la gente a identificar dónde están ellos en su caminar con Dios y ayudarles a tomar los pasos siguientes. Para algunos puede ser vencer un área de pecado en su vida, para otros desarrollar disciplina en su vida personal, mientras que para otros será trabajar en restaurar sus relaciones con otras personas. Cualquiera sea el área, los grupos proveen un marco para dar cuenta y encauzar a cada persona en su crecimiento en un proceso que llamamos discipulado (Mateo 28:19-20; Romanos 8:29; 2 Timoteo 2:2).
Servicio: Todos participan y usan sus dones – Un lugar para dar
Los grupos no son para ser dominados por unos pocos individuos dominantes, sino que es un lugar donde todos tienen la oportunidad de participar. Cada persona tiene dones y talentos que pueden aportar al grupo. El grupo familiar es el sitio donde podemos descubrir y aprender a ejercitar nuestros dones espirituales en un ambiente seguro, donde podemos servirnos y animarnos unos a otros (Romanos 12:4-8; 1 Corintios 14:26; 1 Pedro 4:10).
Multiplicación: Amar a aquellos que aun no aman a Jesús – Un lugar para alcanzar a otros
Los grupos no son grupos exclusivos para unos pocos cristianos, sino que son inclusivos a aquellos no cristianos aún. Cuando Jesús llamó a sus primeros discípulos él les dijo que los haría «pescadores de hombres» (Mateo 4:19).
Por largo tiempo enfocamos esto en técnicas de la «pesca individual», pero los grupos no son como pescar con «caña y anzuelo» sino con «redes», a través de redes de relaciones interpersonales. De esta manera la gente aún no cristiana es capaz de llegar a ser parte de la vida del grupo aún antes de tomar una decisión por Cristo (1 Corintios 14:24-25).